Formas efectivas de predicar a Jesús

Hoy en día, muchos piensan que predicar es algo difícil, ya que implica pasar al frente y hablar ante un público o una cámara. Sin embargo, predicar a Jesús no siempre significa hablar desde un púlpito. Jesús nos enseñó que también se puede predicar con amor, acciones y presencia.

Aunque existen muchas formas de predicar a Jesús, quiero compartir contigo 10 formas prácticas de hacerlo en tu día a día, basadas en el ejemplo de Jesús y en las enseñanzas de la Biblia. El ideal es que puedas predicar de Jesús de todas las formas que puedas. 

  1. Testificación
    Nuestro primer campo misionero es nuestra familia, nuestro vecindario, el lugar de trabajo o la escuela. “Vosotros sois la luz del mundo…” (Mateo 5:14). Nuestro testimonio de transformación habla más fuerte que nuestras palabras. Ser honestos, amables y vivir con integridad puede ser el mejor testimonio de fe. Jesús desea usar tu ejemplo de vida como instrumento para guiar a otros a experimentar lo mismo. Compartir con otros cómo Jesús te transforma diariamente, es el impacto que toca los corazones de muchos.
  2. Oración por los demás
    Todos tenemos la capacidad de orar por alguien. Jesús oraba constantemente por las personas (Juan 17). Cuando oramos por alguien y se lo decimos, mostramos cuidado y acercamos su corazón a Dios. Puedes invitar a alguien a tu casa para orar, formar un grupo de oración o dedicar tiempo a visitar hogares y orar por sus necesidades. La oración tiene un poder intercesor que obra en la vida de quien ora y de quienes reciben la oración; por eso, un ministerio de oración puede ser un medio muy útil para predicar.
  3. Servicio desinteresado
    “El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir…” (Marcos 10:45). Ayudar a otros sin esperar nada a cambio es una forma poderosa de mostrar el amor de Cristo. Sirve a los demás no para recibir favores, reconocimiento o justificar gastos, ni para que asistan a la iglesia, sino porque Jesús lo hizo y porque es fruto del Espíritu en ti. Servir a los necesitados de amor, salud, finanzas, familia, hogar y justicia muestra que eres discípulo no solo en palabras, sino también en acciones.
  4. Amistad genuina
    Jesús fue amigo de todos, incluso de los rechazados (Mateo 9:10-13). Ser un amigo auténtico abre puertas para compartir a Jesús de forma natural. Jesús se caracterizó por estar entre la multitud, hablar con personas marginadas, estar en sus casas, comer con ellos y tener amigos sin buscar algo a cambio. Tener amistades, incluso si no comparten tu fe o estilo de vida, es una forma maravillosa de predicar a Jesús.
  5. Acompañamiento en los momentos tristes y alegres
    Jesús lloró con los que lloraban y se alegró con los que se alegraban (Juan 11:35; Juan 2:1-11). Estar presente en cada etapa de la vida de las personas refleja el corazón compasivo de Dios. Acompañar en el dolor, en una enfermedad, en la cárcel, en el luto, o en una crisis, es impactante; pero también es importante estar en los momentos alegres: graduaciones, cumpleaños, bodas, nacimientos, emprendimientos y logros. Jesús estuvo en bodas, funerales y en las casas de las personas; fue un gran compañero.
  6. Relación e involucramiento sincero
    Jesús no se aisló; se mezcló con la gente y participó en sus vidas (Lucas 19:5-7). Involucrarse genuinamente fortalece la conexión y hace más efectivo nuestro testimonio. Las personas no solo esperan que estés en sus momentos importantes, sino que también desean ser parte de los tuyos. Invítalos a tus celebraciones, comparte tus luchas y alegrías; hazles sentir que son parte de tu vida. La relación debe ser recíproca, sincera y auténtica.
  7. Respeto por las culturas y creencias de los demás
    Con la samaritana, Jesús mostró respeto y entendimiento cultural (Juan 4:7-26). Respetar a otros es esencial para predicar con amor y no con imposición. No busques cambiar a las personas, sus culturas o creencias. Aprende a convivir respetando sus formas de pensar, vestir, comer, adorar y vivir. Si desean cambiar, será en su momento, a medida que el Espíritu Santo trabaje en sus corazones. Nuestra misión es amar y mostrar respeto, no imponer.
  8. Enseñanza pública y privada
    Jesús enseñó a multitudes (Mateo 5–7) y también tuvo conversaciones personales profundas (Juan 3:1-21). Hoy podemos hacerlo en reuniones grandes y en charlas personales. La Biblia no debe usarse para discutir o imponer, sino para compartir la verdad con amor y humildad. Predicar, en público o en privado, es sembrar una semilla que tarde o temprano puede dar fruto.
  9. Compasión por las situaciones difíciles
    Jesús tuvo compasión por la multitud (Mateo 9:36). Ser sensibles al dolor y a los problemas sociales abre puertas para compartir a Cristo como esperanza. Vivimos en un mundo con conflictos sociales, racismo, migración, desigualdad, pobreza y otros desafíos. No podemos ignorar estas realidades ni alejarnos de ellas. Mostrar interés y apoyo, siempre alineados con la Biblia, es una forma poderosa de predicar y decir: “Estamos aquí, cuenten con nosotros”.
  10. Perdón y gracia hacia los demás
    “Padre, perdónalos…” (Lucas 23:34). Perdonar y mostrar gracia refleja el carácter de Jesús. La humildad y el perdón predican más fuerte que mil palabras. Perdonar es un acto diario: perdonar a quien nos ofende, manifestar gracia a quien no la merece. Esto impacta profundamente y muestra el amor de Dios. Todos merecen una segunda oportunidad: en el trabajo, la escuela, el vecindario y en cualquier espacio.

Recuerda que ser un buen predicador no se mide por la cantidad de vistas o “me gusta” en tus videos, ni por cuántas personas asisten a un evento, se bautizan o aceptan tus enseñanzas. Hay dos formas principales de evaluar los resultados de tus predicaciones: primero, por la fidelidad y constancia con la que predicas; y segundo, por los nuevos discípulos de Cristo que van surgiendo a medida que compartes el mensaje.

“No prediques esperando un resultado; los frutos de tus predicaciones son obra y gracia del Espíritu Santo, no mérito de tus palabras ni de tu testimonio.”

 

Pastor Rammy Robles