¿A Quién Deben Obedecer Nuestros Hijos?
Hoy, mientras le contaba una historia bíblica a mi hijo Damián, tuve una revelación profunda: muchas veces les enseñamos a nuestros hijos a obedecer a sus padres, pero olvidamos enseñarles lo más importante: obedecer a Dios.
Es cierto que los padres somos una figura de autoridad en el hogar, pero nuestra función va más allá de simplemente dar órdenes. Somos instrumentos de Dios. A través de nosotros, Él guía, habla y forma el carácter de nuestros hijos. Pero la obediencia que buscamos no debe centrarse en nosotros, sino en Dios como la fuente de toda autoridad y sabiduría.
David: un joven obediente... a Dios
Consideremos la historia de David en 1 Samuel 17:17 (RV60):
"Y dijo Isaí a David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un efa de este grano tostado, y estos diez panes, y llévalo pronto al campamento a tus hermanos."
A primera vista, David parece estar simplemente obedeciendo a su padre. Pero si observamos el contexto completo de la historia, entendemos que David no fue al campo de batalla solo porque Isaí se lo pidió, sino porque Dios tenía un propósito mayor: enfrentar al gigante Goliat.
Isaí fue el canal que Dios usó para mover a David al lugar donde sería usado para una victoria decisiva en la historia del pueblo de Israel. David obedeció a Dios, y la instrucción de su padre fue solo el medio que Dios usó para cumplir Su plan.
¿Qué implica esto para nosotros como padres?
Como padres cristianos, debemos comprender que no somos el fin, sino el medio. Nuestro rol no es formar hijos que simplemente “nos obedezcan”, sino hijos que aprendan a escuchar, amar y obedecer a Dios.
Reflexionemos:
¿Estoy enseñando a mi hijo a obedecerme porque soy el padre, o le estoy enseñando a obedecerme porque busco ser un canal de la voluntad de Dios en su vida?
¿Estoy formando un niño sumiso a la autoridad humana o un discípulo obediente a la voz del Espíritu Santo?
Nuestra meta como padres cristianos
La verdadera obediencia nace del amor y la confianza en Dios. Por eso, enseñemos a nuestros hijos a:
Buscar a Dios en oración y en la Palabra.
Discernir Su voz, incluso cuando habla a través de nosotros.
Desarrollar una fe personal, no solo una conducta familiar heredada.
Padres, no busquemos hijos que nos obedezcan por temor o costumbre. Formemos hijos que obedezcan a Dios con convicción y amor.
Seamos canales claros, humildes y espirituales. Al final, como Isaí, quizás solo les digamos: “Ve y lleva pan”, pero Dios estará diciendo: “Ve y derriba gigantes”.
Pastor Rammy Robles