EN LA MISIÓN, NO ES LA EDAD DEL LIDER, SINO SU DISPOSICIÓN PARA LIDERAR EN EQUIPO

Las vidas de dos reyes, Joás y Josías, ambos coronados siendo niños, nos ofrecen un contraste nítido y una lección inolvidable sobre este principio fundamental.

En un mundo obsesionado con la figura del "líder fuerte", a menudo se glorifica al individuo carismático, experimentado y visionario o audaz que parece llevar el peso de todo sobre sus hombros. Sin embargo, la perspectiva divina, revelada en las antiguas historias de los reyes de Judá, nos enseña una verdad radicalmente diferente: el verdadero poder y la clave del éxito del liderazgo no consiste en su edad, capacidad intelectual o habilidad para liderar solo, reside en la capacidad de rodearse de un equipo sabio y comprometido y de su disposición a liderar la misión en consulta siempre con su equipo.

 

Joás: El "Llanero Solitario" cuyo Reino se Desmoronó

Joás ascendió al trono de Judá con tan solo siete años. Su inicio fue prometedor, e incluso milagroso, pues había sido rescatado de una matanza dinástica. Durante muchos años, Joás hizo "lo recto ante los ojos del Señor" (2 Reyes 12:2). Pero ¿por qué? La respuesta es clara: contaba con un equipo. Su mentor y pilar fundamental fue Joiada, el sumo sacerdote.

Bajo la guía y el apoyo inquebrantable de Joiada, Joás emprendió una de las obras más significativas de su reinado: la restauración del Templo. Fue un esfuerzo monumental que requirió organización, finanzas y la cooperación de muchos. Joás no lo hizo solo; Joiada fue el cerebro detrás de la logística y la fuerza espiritual que mantuvo al joven rey en el camino correcto.

Sin embargo, la tragedia golpeó cuando Joiada murió. De repente, Joás se encontró sin su ancla, sin su consejero principal, sin ese equipo que lo había sostenido. ¿Qué pasó entonces?

  • El Aislamiento Fatal: Los príncipes de Judá, con sus propias agendas, se acercaron a Joás. En lugar de buscar nuevos consejeros sabios y piadosos, Joás cedió a la presión de aquellos que buscaban apartarse de la Ley.
  • La Negativa a Liderar en Equipo: Cuando Zacarías, el hijo de Joiada y un valiente profeta, lo confrontó y lo instó a volver al camino de Dios, Joás lo rechazó. En un acto de autocracia, ordenó su ejecución. Este fue el sello del líder que decide ir por su cuenta, despreciando el consejo y la guía.

El reinado de Joás, que empezó con tanta promesa, terminó en desastre, apostasía y su propio asesinato. Su caída no fue por falta de capacidad inicial o por su edad, sino por fallar en mantener y valorar el principio de liderar en equipo. Al convertirse en un "llanero solitario" que ignoró la sabiduría y la voz profética, su reino se vino abajo.

 

Josías: El Rey que Triunfó al Liderar en Equipo

Un siglo y medio después, la historia nos presenta a Josías, otro joven rey que asumió el trono a los ocho años. Al igual que Joás, su juventud era notoria, pero su historia es un testimonio del poder del liderazgo compartido y la importancia de un equipo cohesionado.

Josías comenzó a buscar a Dios desde muy joven. A los 26 años, mientras se realizaban reparaciones en el Templo, ocurrió un evento trascendental: fue hallado el Libro de la Ley. El sumo sacerdote Hilcías lo encontró, se lo entregó al escriba Safán, y Safán lo leyó ante el rey (2 Reyes 22). La respuesta de Josías fue de un profundo arrepentimiento y una determinación inquebrantable de reformar la nación.

Pero, ¿cómo un rey tan joven logró la reforma espiritual más profunda en la historia de Judá? ¡Liderando en equipo!

  • El Equipo de Búsqueda de Sabiduría: Josías no intentó interpretar el Libro de la Ley solo. Inmediatamente envió a Hilcías, Safán, Acbor y Asaías a consultar a la profetisa Hulda. Su rol fue crucial, ya que validó la autenticidad del mensaje de Dios y la urgencia de la reforma.
  • El Equipo de Ejecución: La reforma de Josías no fue un mero decreto; fue una movilización masiva. Josías convocó a los ancianos, a los sacerdotes y a todo el pueblo. Trabajó con:
    • Hilcías (Sumo Sacerdote): El guardián de la Ley y líder espiritual.
    • Safán (Escriba): El comunicador, registrador y ejecutor de las órdenes reales.
    • Maasías (Gobernador de la ciudad) y Joa (Cronista): Líderes administrativos que coordinaron la logística de la purificación de la tierra y el Templo.

La reforma de Josías fue exhaustiva: eliminó la idolatría, restauró la verdadera adoración y celebró la Pascua con una magnitud nunca antes vista. Su éxito no se debió a que fuera un genio solitario, sino a su capacidad para inspirar, delegar y trabajar de la mano con un equipo de líderes espirituales, administrativos y proféticos.

Dios permitió que en la Biblia se registraran las historias de niños que fueron reyes para mostrar que el éxito del liderazgo espiritual en las cosas de Dios no está en la edad de quien dirige, ni en los años de experiencia que tenga en un área determinada, ni en su capacidad intelectual, sino en la sabiduría de rodearse bien, la humildad de escuchar y la capacidad de empoderar a un equipo. El “llanero solitario” puede tener momentos de gloria personal, pero un verdadero líder, conforme al corazón de Dios, sabe que su mayor fortaleza reside en las manos, mentes y corazones de aquellos que lo guían en el camino.

Si anhelas un liderazgo que trascienda y deje una huella duradera, olvídate de la ilusión de ser un héroe o llanero solitario. Invierte en tu equipo, valora el consejo, delega con confianza y lidera siempre en conjunto. Esa es la verdadera fórmula de Dios para el éxito.

 

Pastor Rammy Robles